Según Goleman tenemos las siguientes capacidades:
- Conciencia de uno mismo y de las propias emociones y su expresión
- Autorregulación, controlar los impulsos, de la ansiedad, diferir las gratificaciones, regular nuestros estado de ánimo.
- Motivarnos y perseverar a pesar de las frustraciones (optimismo)
- Empatía y confianza en los demás.
- Las artes sociales.
Además, según Goleman las emociones son impulsos que nos llevan a actuar siguiendo un sistema con tres componentes, que son:
- El perceptivo, que incluye elementos hereditarios y es a veces fruto de las experiencias, como puede ser el surgimiento de una fobia o la ansiedad a los exámenes, o el placer por una buena nota.
- El motivacional, encargado de impulsar, mantener y dirigir la conducta, gracias a su relación con el sistema hormonal: por ejemplo, el miedo nos impulsa a la evitación.
- El conductual. Es el elemento más influido por las experiencias de aprendizaje previo y el medio cultural. Por ejemplo: el modo de expresar la pena en distintas culturas.
David Goleman desarrolló un experimento con niños de cuatro años para comprobar cuán importante era la inteligencia emocional a la hora del éxito profesional. Para ello colocaban a un niño sentado delante de una gominola y le decían que si esperaba a que volviese el inspector sin comer la gominola, le daría dos. El hecho de que el niño supiera o no controlar sus impulsos deja adivinar su futuro profesional y académico.